El Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y la Universidad Católica Santa María de Arequipa, dieron a conocer los resultados del proyecto relacionado con la producción y uso de biometano presurizado, como sustituto de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural) en la agricultura.
Para lograr la nueva técnica, durante dos años el equipo de científicos y técnicos de esta investigación estratégica, experimentó con varios residuos orgánicos producidos en el campo como estiércol de vaca y cerdo, purines y desechos de camales, biomasa que puede utilizarse para obtener biogás a través de la digestión anaeróbica (proceso de descomposición en ausencia de oxígeno).
Asimismo, los investigadores desarrollaron un sistema para presurizar biometano a bajas y altas temperaturas, con el fin de facilitar su transporte y almacenamiento. Para ello, se utilizó un compresor de 4 etapas para envasar el biometano en balones metálicos de 16 litros a baja compresión (20 bares) y en balones metálicos de 55 litros a alta presión (200 bares).
Así lo dio a conocer el Dr. Miguel Barandiarán Gamarra, jefe del INIA, Organismo Técnico Especializado del Ministerio de Agricultura y Riego, quien señaló que el siguiente paso tras la presurización, consistió en evaluar este sistema a alta y baja compresión en equipos utilizados en las labores agrícolas.
“Para la evaluación, se adaptaron diferentes equipos como un tractor con una mezcla de 70% biometano y 30% diésel, un caldero de una planta de lácteos y un automóvil, ambos con 100% de biometano, entre otros. Todos estos equipos funcionaron adecuadamente”, subrayó.
Agregó que este exitoso experimento se realizó en el marco del proyecto “Producción y uso de biometano presurizado como sustituto de combustibles fósiles en el sector agrícola”, financiado por el INIA a través de su unidad ejecutora el Programa Nacional de Innovación Agraria (PNIA), y realizado por la Universidad Santa María de Arequipa.
El Dr. Barandiarán Gamarra remarcó que el uso del biometano ofrece nuevas perspectivas de desarrollo para el sector agrícola, al constituirse en una alternativa eficiente para la producción de energía sin generar mayor contaminación, frente a los combustibles fósiles.
“Más importante aún, es que el biometano ofrece la posibilidad que los productores alcancen una independencia energética, que permitirá la reducción de costos y el mejoramiento de sus índices de productividad”, precisó el jefe del INIA.
En ese contexto, destacó el trabajo realizado por el equipo técnico de la Universidad Santa María y lo fructífero de las alianzas estratégicas con la Academia para la investigación y así contribuir a la innovación agraria inclusiva y sostenible, en coordinación con los actores del Sistema Nacional de Innovación Agraria (SNIA), para promover el sector productivo agrario con seguridad alimentaria.