El Grupo Alcoaxarquía se instaló en Nasca y le va muy bien. y es un ejemplo que quieren imitar otras compañías ibéricas.
De origen español, el Grupo Alcoaxarquía dio un gran paso en su trayectoria de producción de paltas, cuando decidió ‘cruzar el charco’ y lanzarse a producir en Perú. Concretamente, la firma se instaló en Nasca con un campo propio, producciones que complementa con las de agricultores ubicados en la sierra. El objetivo es que en unos años el 100% de la producción que hacen en el país sea orgánica.
El crecimiento de la demanda por la palta a nivel global es innegable. Hoy por hoy, es quizás la fruta fresca más ‘sexy’ en el planeta, aquella de la que hablan en las redes sociales, aquella de la que se invierten cientos de millones de dólares en promoción, aquella que conquista consumidores en ambos hemisferios, aquella que hace que productores de ciertos países decidan invertir en otros para tener fruta gran parte del año… Esto último es lo que pasa con el Grupo Alcoaxarquia, una firma de origen español que vio la oportunidad de producir y exportar palta Hass desde Perú hace cinco años, con el objetivo de garantizar un suministro controlado todo el año a sus clientes europeos, estadounidenses y asiáticos; un trabajo que algunas veces ha implicado más de un reto de ingenio para llevar la fruta, en buenas condiciones, desde un punto a otro. Eso, muchas veces ha significado que ‘intrépidos’ recolectores hayan ideado una novedosa forma de transportar una fruta que, literalmente, va colgando entre fincas ubicadas en Ayacucho, donde la cosecha se transforma en una ‘aventura’ apoyada por cables y poleas, que ayudan al desplazamiento a altas velocidades de cajas de plástico con fruta. José Antonio Alconchel es el gerente general de la filial peruana y explica que este no es la ‘única mejora’ que han debido hacer para llegar con un producto de calidad, “se ha hecho alguna vez también apoyo con cemento para hacer algún camino, siempre trabajando un poco de la mano con los trabajadores porque esto también influye en la calidad de la fruta”.
INICIO DE OPERACIONES EN EL PERÚ
Pero la empresa no llegó al país a Ayacucho, sino que lo hizo en Nasca, donde instalaron un huerto y envasan la fruta que tiene como destino los distintos mercados de exportación. Conocen bien el negocio pues desde 2009 están en él en la comarca de la Axarquía, en Málaga, España, y llevan más de cinco décadas en la industria agroalimentaria. “Vendemos directamente a supermercados y entonces surgió la coincidencia de que el Perú es contra estación de España y comenzamos importando fruta peruana, con el objetivo de tener fruta los doce meses del año”, cuenta su gerente. Según el empresario, el poder contar con fruta de distintos orígenes se debe además a que los consumidores exigían calidades distintas. “No significa que sean mejor o peor, sino que cada origen tiene una maduración distinta, entonces nos empezó a crear un poco de problema para garantizar una calidad estándar”. Por lo tanto, -refiere- es que decidieron ir a Perú y trasladar los conocimientos que ya tenían en España a una zona donde no se habían aventurado, hasta entonces, a producir. “Trajimos los insumos desde España para darle a todos la misma garantía y un suministro”, cuenta sobre un cultivo que hoy tiene en Perú una producción de 4.500 toneladas de palta orgánica y en transición, de producción en campos propios (en torno al 20% del total) y también de productores locales (que producen el 80% de la fruta). “Son unos veinte productores locales; también hacemos algo con algunos productores del norte (Trujillo) y de la sierra central (Ayacucho), pero con un volumen más pequeño”.
En total, hoy controlan producciones de unas 150 hectáreas (ha). Pero, ¿por qué producir paltas en Nasca? “Una de las ventajas es que en la zona hay un clima privilegiado debido a las muchas horas de sol que hay en el valle de Ica, y a la vez también hay un contraste térmico fuerte durante todo el año, es decir refresca todas las noches del año y eso favorece para afinar calidad y sabor. Ese es el mayor secreto, no hay más, uno puede aportarle sustancias a una planta, pero el clima es el que va a definir perfectamente el sabor y la calidad”, responde sobre una fruta cuya cosecha se concentra entre marzo y junio. “El pico de campaña lo tenemos desde la quincena de abril hasta mediados de junio”, precisa y subraya que para retrasar un poco el proceso de maduración de la fruta es que controlan gradualmente el riego, “Este proceso puede llevar de dos a tres semanas más”.
APUNTANDO A PRODUCIR 100% DE PALTA ORGÁNICA
La compañía ha orientado su producción dela palta principalmente al mercado orgánico. “nuestro negocio principal es el orgánico, que cubrimos con el 65% de la fruta que comercializamos”. En ese sentido, el empresario explica que vienen siguiendo el proceso de conversión de convencional a orgánico, “nuestro reto es tener 100% orgánico, pero obviamente para trabajar orgánico hay una transición”. Agrega que por el momento trabajan también con fruta convencional, pues tienen clientes fuertes de supermercados en Europa que venden convencional, por lo tanto -precisa- que para que un productor se anime también a incursionar en el proyecto orgánico tienen quedarle una solución a los años de transición, “no solo decirle vamos a trabajar orgánico, pero estos años de transición no podemos comercializar su fruta, o sea hay que darle un apoyo y también comercializarla”.
En ese escenario, el mayor desafío es convencer a la gente y a los productores de que ser orgánico no significa tener menos producción y calibres más pequeños, “pero con la tecnología que hay hoy en día tanto de fertilización orgánica, así como los trabajos en ensayos que hacemos de monitoreo al campo, revisión de esa área y toda esta tecnología que estamos exportando desde España, se está demostrando que podemos tener los mismos rendimientos, incluso en algunos campos más, siendo nuestro promedio entre 18 y 20 t/ha”, sostiene. Asimismo, puntualiza que otro gran desafío ha sido concienciar al productor que para contrarrestar algún tipo de plaga no solo se debe pensar en tratar con productos químicos sino también contar con remedios naturales, “por ejemplo uno de los retos aquí siempre ha sido la queresa o la arañita y eso porque son plagas que la atrae todo tipo de ácaros, pues estamos en la zona sur que es un poco más árida, con mucha tierra y polvo, pero con un lavado continuo de las producciones se controlan muy bien y también con el aporte de los agentes biológicos”. Sumado a ello, subraya que en marzo de este año empezaron a operar también con su propia planta de proceso en Nasca. En época ‘peak’ pueden estar procesando entre 70 y 100 toneladas diarias, aunque la capacidad total es para 200 toneladas diarias.
FUENTE: Red Agrícola