Este fruto es una hortaliza que en poco tiempo se ha convertido en uno de los principales productos estrellas de la canasta agroexportadora y en uno de los principales motores de crecimiento del sector agrícola en el Perú. Su siembre se realiza principalmente en Piura, Lambayeque y La Libertad.
En los últimos quince años, una de las especies hortícolas muy atractivas por el mercado mundial, el pimiento piquillo, se ha convertido en un cultivo alternativo para los agroexportadores de la costa del Perú, quienes vienen orientando sus actividades a la producción de este fruto por los altos niveles de producción y rentabilidad que presenta y por su amplia demanda debido a sus múltiples usos en fresco, deshidratado y para la exportación.
El pimiento piquillo es una hortaliza que en poco tiempo se ha convertido en uno de los principales productos estrellas de la canasta agroexportadora y en uno de los principales motores de crecimiento del sector agrícola en el Perú. En la actualidad, el Perú es uno de los principales exportadores de pimiento piquillo a la Unión Europea y a los Estados Unidos.
Características
Este fruto tiene color rojo sangre de toro, sabor dulce, con dos caras planas y otras redondeadas a los lados, finalizando con una punta tipo pico de loro, la cual da origen a su nombre.
El origen del pimiento se remonta a tiempos preincaicos y se sitúa en América del Sur. En su primer viaje, Cristóbal Colón llevó al viejo mundo los pimientos americanos.
Con el pasar de los años se desarrollaron distintas variedades de pimientos en España, uno de ellos es el piquillo; por lo que se suele atribuir su “nacionalidad” a este país, específicamente a la ciudad de Lodosa, en donde se cultiva de forma artesanal.
Entre 1994 y 1996 se importaron semillas de dicha hortaliza a nuestro país, que fueron sembradas y cosechadas por empresarios peruanos.
Gracias a la cercanía de nuestro país a la línea ecuatorial, a que en la costa del Perú no existen extremos de temperatura y a que nos encontramos en la zona tropical del mundo, el resultado de la siembra fue un pimiento piquillo con características tan excepcionales que está desplazando al pimiento piquillo español en España.
El pimiento piquillo es un fruto procedente de la especie Capsicum annuum L. que presentan un desarrollo suficiente y grado de madurez que permite soportar la manipulación, el transporte y responder en la industria a los procesos de elaboración.
El fruto fresco de pimiento destaca por sus altos contenidos en vitaminas A y C y en calcio. Dependiendo de variedades, puede tener diversos contenidos de capsainoides, alcaloides responsables del sabor picante y de pigmentos carotenoides.
Cultivo en el Perú
Las principales zonas de producción de pimiento piquillo en el Perú son: Piura, Lambayeque y La Libertad, que concentra el 55 % de la producción nacional además de tener la mayor productividad por hectárea, alcanzando las 23 toneladas por hectárea.
El cultivo de pimiento piquillo requiere una temperatura ambiente media de veinte grados centígrados, sin demasiados cambios bruscos y con una tasa de humedad relativa no tan alta. Asimismo, requiere buena cantidad de luz, sobre todo durante el primer período de crecimiento después de la germinación. Además, de un suelo ideal que posea buen drenaje, presencia de arena y materia orgánica.
Todos estos requerimientos hacen que sean cultivados en invernaderos, donde el manejo de las condiciones exteriores está controlado. Las variedades dulces son principalmente obtenidas de invernaderos.
Vale precisar que algunas variedades han sido modificadas genéticamente, logrando una mayor resistencia a los cambios de clima, así como también a la variabilidad de terrenos.
Los tiempos de cosecha en el Perú son todo los meses el año, siendo una ventaja a diferencia de otros países. Asimismo, por nuestras condiciones climáticas, el pimiento piquillo es un poco más picante que otros generando una mayor demanda en los mercados extranjeros.
Sembrado
En primera instancia, el cultivo de pimiento piquillo empieza con la preparación del terreno. Antes que nada se debe dar inicio la eliminación del cultivo anterior. Esta labor, permite romper los ciclos de desarrollo de las plagas y enfermedades, una correcta eliminación del cultivo anterior desde la raíz destruye los hospederos de patógenos presentes en el campo.
La primera labor para iniciar el matado del cultivo, consistente en el recojo y enrollado de las mangueras de riego de los surcos en la cabecera o lateral de riego. Luego, con el uso de un tractor con aletas surcadoras, posterior al recojo de las mangueras, se procede a la eliminación o matado de campo del cultivo de pimiento, que consiste en una barra con aletas surcadoras adheridos al tractor.
Después para que las plantas tengan un crecimiento normal, es necesaria la remoción del suelo a una profundidad promedio de treinta a cuarenta centímetros. Para esta labor se utiliza el arado, que permite al suelo almacenar mayor humedad y evitando el endurecimiento.
Adicionalmente, las malezas de propagación vegetativa disminuyen su presencia mediante una aradura constante a diferentes profundidades, también al profundizar las semillas de malezas de reproducción sexual que están en la superficie, se evita su germinación.
Luego de la aradura inicial, se realiza una nivelación del terreno para posteriormente efectuar remojos consecutivos para propiciar la germinación de las semillas de malezas; germinadas las mismas, se eliminan como medida de control; para ello, se realizan dos a tres araduras; pero si los campos están muy infestados de malas hierbas, se podrán realizar hasta cinco araduras, con riegos entre aradura y aradura, una actividad realizada como manejo preventivo de malezas para el siguiente cultivo.
Antes de la instalación del cultivo se pasa una grada para soltar y romper posibles bloques de tierra que se puedan formar, e inmediatamente se pasa la rufa, herramienta agrícola para la nivelación del campo.
Mediante el uso de una wincha, un obrero procede a realizar el estacado de todos los surcos a una distancia pre determinada, que depende del tipo de pimiento a instalar de sesenta y cinco a ochenta centímetros.
El marcado de los surcos se realiza con el fin de facilitar el alineamiento de las mangueras, para poder ejecutar el remojo en forma localizada y bien distribuida para una correcta apertura. Los suelos arenosos se secan rápido o no hay consistencia del suelo; por lo que, se pueden deshacer los surcos, debido a que posiblemente fueron realizados apresuradamente con un mal riego o remojo del campo.
Posteriormente, se realiza la distribución de materia orgánica donde se transporta el estiércol de vacuno previamente compostado, en un tractor con carreta hacia al campo, y se incorpora cincuenta toneladas por hectárea donde se instalará el cultivo y se distribuyen los sacos de acuerdo al marcado de surco y en forma ordenada.
Surcado y abonamiento
Luego, se entra a la etapa del surcado y abonamiento de fondo que consiste en la apertura de surcos a una profundidad de veinte a veintidós centímetros con un ancho de dieciocho a veintidós centímetros en el fondo.
Inmediatamente después de formado los surcos, se incorpora la materia orgánica y el fertilizante químico de fondo al interior de los surcos, y un nematicida de fondo.
Está aplicación del nematicida, como medida preventiva y de control de nematodos, pues los campos de cultivo tienen generalmente presencia de nematodos en el suelo debido al agua de riego.
Posterior a la aplicación de los fertilizantes y nematicida, se procede a cubrirlos mediante un lampón accionado por un tractor.
El tapado del surco donde se ha colocado el fertilizante de fondo y la materia orgánica, debe quedar lo más uniforme posible y con esto facilitar el buen humedecimiento del terreno, al momento de realizar el riego para el trasplante, asegurando un buen prendimiento de las plántulas.
Se puede adelantar la siembra mientras los campos están ocupados por un cultivo anterior o están en preparación los terrenos para el cultivo. Permitiendo las siguientes ventajas: se aprovecha al máximo la semilla, se favorece e incrementa el porcentaje de germinación mediante mejores labores y cuidados, se facilita el control de plagas y enfermedades de los plantones, aislándolas de las mismas con el uso de mallas en los viveros y se tiene la posibilidad de seleccionar las mejores plantas antes del trasplante.